Mis ojitos están siempre dirigidos a tí observandote noche y día.
Mis oidos captan rapidamente todo lo que dices.
Mis manos están deseando hacer todo lo que tu haces.
Soy un niño que ansia el día de parecerme a tí.
Eres mi ídolo, el mayor de los sabios.
En mi mente nunca surge la menor duda de tí.
Creo en tí con devoción, creo en lo que dices y haces.
Lo haré igual que tú y lo diré a tu manera cuando crezca.
Creo que siempre tienes la razón.
Cada día con todo lo que haces me sirves de ejemplo.
Y deseo crecer rápido para... ¡Parecerme a tí!.