Mis ojitos están siempre dirigidos a tí observandote noche y día.
Mis oidos captan rapidamente todo lo que dices.
Mis manos están deseando hacer todo lo que tu haces.
Soy un niño que ansia el día de parecerme a tí.
Eres mi ídolo, el mayor de los sabios.
En mi mente nunca surge la menor duda de tí.
Creo en tí con devoción, creo en lo que dices y haces.
Lo haré igual que tú y lo diré a tu manera cuando crezca.
Creo que siempre tienes la razón.
Cada día con todo lo que haces me sirves de ejemplo.
Y deseo crecer rápido para... ¡Parecerme a tí!.
4 comentarios:
bello.
besos
je
gracias.
Hola, te conocí gracias a Esquimedes, una buena amiga pintora entre otras cosas...quería simplemente decirte que me gusto este texto. Muy bonito. Los niños son esponjas!
Un abrazo. .M.
Gracias, Marcos, y desde luego que si, Sedemiuqse es GRANDE...
Saludos.
Publicar un comentario