-Papá ¿Cuánto ganas por hora?
El padre enfadado y con el ceño fruncido le contesta al niño:
-No me molestes, que estoy cansado.
-Pero ... papá –insistía- dime, por favor, ¿Cuánto ganas por hora?
La reacción del padre fue de menos enfado. Solo contestó:
-Nueve euros por hora.
-Papá ¿Me podrías prestar cuatro euros?
El padre enfadado y gritando le reprocha al niño:
-¡Vete a dormir y no me molestes!.
Había caído la noche.
El padre había meditado lo sucedido y se sentía culpable y, queriendo descargar su conciencia dolida, se asomó al cuarto de su hijo. En voz baja preguntó al pequeño:
-¿Duermes hijo mío?
-Dime Papá.... (contestó entre sueños).
-Aquí tienes el dinero que me pediste (respondió el Padre).
El pequeño le dio las gracias y metiendo su manita bajo la almohada sacó un billete.
-Ahora ya tengo el dinero.... tengo nueve euros. ¿Me podrías vender una hora de tu tiempo? ...
domingo, 7 de septiembre de 2008
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario